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miércoles, 17 de abril de 2019

El tumi o cuchillo ceremonial

Golden Tumi from the Sican Culture (Sean Pathasema/Birmingham Museum of Art)

El Tumi, palabra quechua que significa cuchillo, fue uno de los instrumentos ceremoniales quirúrgicos más utilizados para llevar a cabo las trepanaciones craneanas, Nos enteramos de su existencia cuando un tumi se encontró por primera vez en Huaca Las Ventanas (sitio arqueológico), ubicado en Batán Grande, comunidad de Poma, en Lambayeque, a finales de 1936 por el profesor Julio C. Tello. estos restos proceden desde 700- 1300 d.C, sin embargo, los tumis no son exclusivos ni invenciones de la cultura Lambayeque (Sicán), pues se han encontrado ejemplares de tumis que datan desde los tiempos moche (100 a. C. – 600 d. C.) y fueron también empleados por los chimúes e incas (1300-1435).

El Tumi es una de las piezas más famosas del arte precolombino, según la mayoría de evidencias representa al dios o señor principal de la región, con sus atributos jerárquicos y que algunos autores afirman que se trata del legendario Dios Naylamp, representado como un ser antropomorfo atribuida a la leyenda de quien fuera el fundador de Lambayeque. Anteriormente se creía generalmente que el Tumi era utilizado principalmente para la realización de trepanaciones craneales, pero posiblemente también se utilizó para decapitar a los prisioneros de guerra.

De todas las culturas precolombinas en el Perú, fue la cultura Paracas la que desarrolló con mayor éxito este tipo de alta y compleja cirugía. Para operar, se anestesiaba al paciente, para esto se utilizó la coca o el alcohol, luego se procedía a cortar el cuero cabelludo hasta llegar al cráneo y se delimitaba el área a cortar marcando el perímetro, para cortar el cráneo utilizaron varios instrumentos, dentro de ellos la obsidiana y el Tumi; primero se extraía el área afectada, luego se limpiaba y finalmente se tapaba la zona y se colocaban los vendajes con finos algodones propios de la zona.

Estas operaciones muchas veces permitían que el herido siguiera viviendo, tal como lo demuestra la evidencia arqueológica de cráneos trepanados encontrados sobre todo en la costa sur peruana, especialmente de las culturas Paracas y Nazca.

De la misma forma fue practicado por los curanderos cirujanos de la cultura Inca. Si bien se trató de una operación de alto riesgo, siendo los de la cultura Parácas quienes desarrollaron más la medicina, fue en la época inca donde alcanzo su perfección.

El Tumi posee un rostro antropomorfo, siendo sus ojos parecidos a los de las aves, una boca diseñada por una línea horizontal en bajo relieve con labios pronunciados y enmarcados por dos líneas laterales verticales que simulan los pómulos y debajo, el mentón. En cuanto al cuerpo, está dividido por torso y piernas que poseen la misma longitud. Se pueden observar alas, y también que presenta piernas como las patas de ave, pero humanizadas. El mango del Tumi tiene forma rectangular o trapezoidal. En el extremo inferior está la marca característica de los Tumis: una hoja cortante en forma semicircular). Este objeto fue trabajado con diversas técnicas como: tallado, repujado, filigrana y soldadura.

En las ceremonias del Inti Raymi (fiesta del sol, celebrada en la actualidad el día 24 de junio en el Cusco) se realiza el sacrificio ritual de una llama. El corte que se le practica al animal se hace con un Tumi.

Hoy en día en los distintos mercados artesanales del Cusco, así como en el mercado tradicional de San Pedro podemos encontrar cantidad de reproducciones de Tumis, en diferentes materiales, desde el más barato en madera y en bronce a manera de llavero, hasta el más caro en oro con incrustaciones de piedras preciosas, pues muchos turistas suelen comprarlos para llevarse como recuerdo a sus países.  La Academia Peruana de Cirugía tiene un Tumi como emblema.

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